domingo, 30 de noviembre de 2008

Cine Bélico: Cuando Éramos Soldados (2002)

El Coronel Harold G. Moore (Mel Gibson) recibe la misión de llevar el mando de un grupo de hombres del ejercito de los EEUU que se internarán en el corazón de Vietnam para derrotar a un enemigo que le triplica en numero. El coronel ,apoyado en todo momento por su esposa (Madeleine Stowe) tiene la premonición que lleva a sus hombres, faltos de toda experiencia en el combate,a un masacre.

La batalla desarrollada en el valle de la muerte, se convertirá en una de las mas sangrientas de la historia de los EEUU.Aunque hay miles de kilómetros de distancia con sus familias, el dolor de las dos partes será el mismo. La incertidumbre por saber el destino de sus maridos, llevará a las mujeres a unirse todavía mas en la espera.Un fotografo Joseph Galloway (Barry Pepper) captará con su cámara toda la crudeza imaginable y dudará entre convertirse en un soldado o seguir manteniendo sus ideales.


"Nos acercamos al Valle de la Sombra de la Muerte, donde velaréis por el hombre que esté a vuestro lado, igual que él velará por vosotros, y no os importará de qué color sea su piel ni cómo llame a su Dios. El enemigo contra el que vamos a luchar es muy duro y decidido. No os puedo prometer devolveros a todos vivos a casa. Pero una cosa os juro: cuando entremos en combate yo seré el primero en entrar en batalla y el último en retirarme. Y no abandonaré a nadie, ni vivo ni muerto. Nos iremos a casa todos juntos". Así habló ante los soldados y sus familias el teniente coronel Hal Moore en la víspera de su entrada en combate.

Ante sus ojos veía hombres jóvenes, que no conocían la guerra, y hombres mayores con cicatrices y galardones de combate. Y entre ellos, escuchando a su marido, se encontraba la mujer de Moore, Julie, que le había visto levantado a altas horas, estudiando libros de historia sobre masacres diversas, planeando una estrategia más segura para sus hombres, el Primer Batallón del Séptimo de Caballería, el mismo regimiento que man-dó el general George Armstrong Custer.

El domingo 14 de noviembre de 1965, a las 10.48 de la mañana, el teniente coronel Hal Moore y sus jóvenes soldados tomaron tierra en la Zona de Aterrizaje X-Ray, en el valle la Drang, una región de Vietnam conocida como el Valle de la Muerte. Cuando el teniente coronel Moore pisó el campo de batalla se vio a sí mismo y a unos 400 hombres suyos rodeados de unos 2.000 vitenamitas. La batalla que tuvo lugar a continuación fue una de las más feroces de la historia de EE.UU., y el primer choque importante entre los soldados de Vietnam del Norte y las fuerzas estadounidenses.

Fuentes: Web de la Película, Cine en La Butaca

sábado, 29 de noviembre de 2008

Batallas Historicas: La Batalla de Bailen

El general Dupont, que después de abrirse paso en el puente de Alcolea, había penetrado en Córdoba el 7 de junio, entregándola al saqueo, no se atrevió a proseguir su marcha hacia Cádiz hasta recibir refuerzos, noticioso de que se estaba organizando en el campo de San Roque, al arrimo de la plaza de Gibraltar, el ejército español de Andalucía.

Este se puso en movimiento, estableciéndose algunas fuerzas en Carmona, y el grueso del ejército, a las órdenes de D. Francisco Javier Castaños, en Utrera, cuya villa y sus alrededores quedaron convertidos en un vasto campo de instrucción ( Fueron tantos los voluntarios que acudieron al llamamiento de la patria que el general Castaños tuvo que mandar a sus casas sobre unos 12.000 paisanos, que consideraba inútiles por no querer llevar ningún regimiento que no fuese organizado.

Además, aunque abundan las armas, había escasez de vestuario y equipo, supliendo la falta de cartucheras con saquillos de lienzo, que las damas de Utrera confeccionaron.), dedicándose allí por lo menos ocho horas diarias a ejercicios doctrinales, con tan buena voluntad y celo por parte de todos, que en la revista pasada el 26 de junio, trece días después de verificada la concentración en Utrera, maniobraron las tropas con gran desenvoltura y aire marcial, aunque no con el aplomo y precisión de las veteranas. Dupont, aislado con su división en Córdoba, sin noticias de lo que pasaba a su espalda por estar interceptadas las comunicaciones con Madrid, temió ser atacado y envuelto, y en la noche del 16 abandonó la capital del antiguo califato, dirigiéndose a Andújar, donde se estableció en la mañana del 18, no tardando en incorporársele las divisiones Vedel y Gobert, a las que encargó Dupont vigilasen los pasos del río aguas arriba de Andújar y viesen al mismo tiempo de conservar expeditas las comunicaciones. La escasez de subsistencias obligó al enemigo a enviar una expedición a Jaén, en cuya ciudad repitieron los imperiales, los horrores de Córdoba.

El general Castaños salió de sus cantones de Utrera y Carmona a últimos de junio, en combinación con el general Reding, que salió de Granada el 3 de julio en dirección de Jaén con las tropas allí organizadas, y el primero siguió avanzando desde Córdoba con todo género de precauciones, muy necesarias a la inmediación de un enemigo que llevaba por toda Europa fama de invencible, efectuando la marcha por Bujalance y Porcuna, donde se pusieron en comunicación ambos ejércitos, de los que se formó uno solo bajo el mando del general Castaños ( Organización del ejército de Andalucía el 11 de julio de 1808. General en jefe: D. Francisco J. Castaños; mayor general: mariscal de Campo D. Tomás Moreno; comandante general de Artillería: mariscal de campo, marqués de Medina; comandante general de Ingenieros: coronel D. Bernardo de Loza. Figuraban además en el Cuartel General, los mariscales de campo D. Francisco de Vargas y D. Narciso de Pedro; los brigadieres marqués de Gelo y D. José Augusto de la Porte; los coroneles de Infantería D. Pedro Girón y D. Joaquín Navarro; el de Caballería D. Andrés Mendoza; el de Artillería D. Juan Arriada, y el de Ingenieros D. Juan Bouligny con los oficiales del mismo Cuerpo D. José María Huet y D. Antonio Remón Zarco del Valle.

Primera División (9.436 hombres, 817 caballos, dos compañías de Zapadores y diez piezas de artillería): Comandante general, mariscal de campo D. Teodoro Reding; Segundo comandante, brigadier D. Francisco Venegas; jefe de Estado Mayor, brigadier D. Federico Abadía.

Segunda División (7.850 hombres, 453 caballos, una compañía de zapadores y seis piezas): Comandante general, mariscal de campo, marqués de Coupigny; Segundo comandante D. Pedro Grimarest.

Tercera división (5.415 hombres y 582 caballos): Comandante general, mariscal de campo D. Felix Jones.

División de reserva (6.676 hombres, 408 caballos, una compañía de zapadores y doce piezas): Comandante general, teniente general D. Manuel de la Peña.

Había además un Cuerpo volante o División de montaña a cargo del coronel D. Juan de la Cruz Mourgeon, compuesto de unos 2.000 hombres.).

Con arreglo al plan acordado en dicho punto, el general en jefe se dirigió con la división Jones y la de Reserva, por Arjona y Arjonilla, a los Visos, colinas situadas en la orilla izquierda del Guadalquivir, frente al puente de Andújar, como para atacar al enemigo por aquella parte, y la primera (Reding) se desplazó por la derecha a Menjívar, mientras la segunda (Coupigny) tomaba posición en la Higuereta (Higuera de Arjona) para apoyar a aquella en su marcha y observar al cuerpo francés acantonado en Villanueva de la Reina, debiendo una y otra pasar el río, dirigirse a Bailén para colocarse a retaguardia de Dupont, y caer después sobre Andújar al mismo tiempo que Castaños acometía de frente desde los Visos. El día 13, el general en jefe rompió un vivo cañoneo desde sus posiciones, demostrando una actitud amenazadora; Murgeon pasó el Guadalquivir por el puente de Marmolejo para molestar a los franceses de Andújar por el flanco, retirándose después al Peñascal de Morales; Coupigny, desde la Higuereta, rechazó al otro lado del río a dos batallones enemigos que ocupaban Villanueva, y Reding permaneció impasible en Menjívar, manteniendo ocultas la mayor parte de sus fuerzas ante los reconocimientos que practicó Vedel. (Esto consideramos que fue básico y esencial para el desarrollo final de aquella operación militar). Desorientados los generales franceses, no dieron importancia a la presencia de algunas tropas españolas en dichos puntos, así, que habiendo Dupont pedido refuerzos a Vedel, marchó éste a Andújar con toda su división, sin dejar frente a Menjívar más que dos batallones a cargo del general Liger-Belair, a quien debía apoyar Gobert, para cuyo objeto se trasladó éste de La Carolina a Bailén.

En la madrugada del 16, casi todas las fuerzas de Reding pasaron el río por la barca de Menjívar y por el vado de Rincón, 3 kilómetros más arriba, para practicas un reconocimiento ofensivo en dirección de Bailén. Liger-Belair se replegó con orden buscando el apoyo de Gobert; y éste acudió presuroso en su auxilio, con tan mala fortuna, que cayó muerto de un balazo en la cabeza, causando tal desgracia gran desaliento en las filas imperiales, por lo cual el general Dufour, que sucedió a Gobert, emprendió la retirada. Los españoles se cubrieron de gloria en este combate, rechazando nuestros jinetes e infantes a los coraceros franceses (Cayó mortalmente herido en dicho combate el valeroso capitán de Farnesio D. Miguel Cherif, nieto de los Cherifes de Tafilete, acogidos a la protección española de tiempo de Carlos III). Reding para inspirar confianza al enemigo, retrocedió con sus tropas, estableciendo el campo frente a Menjívar, donde lo tenía antes Liger-Belair, y la Junta de Granada se apresuró a otorgarle el empleo de Teniente general.

El 17, mientras la división española de Coupigny se dirigía a Menjívar para unirse con la de Reding, Vedel llegaba a las ocho y media de la mañana a Bailén para apoyar a Dufour; mas éste, temiendo que las fuerzas irregulares de D. Pedro Valdecañas, que operaban en el camino de Baeza y Ubeda y que habían sorprendido ya un destacamento francés en Linares, se apoderasen de los pasos de la sierra, sostenida por las tropas victoriosas de Reding, había abandonado a Bailén, camino de Sierra Morena; así es que Vedel, después de hacer reconocer todas las avenidas del Guadalquivir, no descubriendo en ellas peligro alguno, siguió desde Bailén tras de Dufour, con el que se reunió en Guarroman, ordenándole continuase hasta Santa Elena, y él se trasladó a La Carolina, esperando noticias del enemigo y nuevas órdenes del general en jefe. Dupont, considerando comprometidas sus fuerzas por la considerable distancia que las separaba, se resolvió a trasladar su campo a Bailén, aunque, tranquilizado por los reconocimientos de Vedel, no tuvo prisa en ello, y en lugar de ponerse en marcha el mismo día 17 por la noche o en la mañana del 18, difirió efectuarlo hasta la noche de este día para ocultar la retirada a Castaños. De este modo, una serie de errores y coincidencias, fatales para el ejército enemigo, permitieron a los españoles llevar a cabo su plan, que por lo dicho se comprende no dejaba de ser bastante peligroso, y asestar de firme el rudo golpe con que amenazaban hace días a los desconcertados y ciegos imperiales, trasladándose en la mañana del 18 las divisiones Reding y Coupigny a Bailén, en cuyas afueras camparon, sin haber tropezado con un solo enemigo.

No eran todavía las tres de la madrugada del 19, cuando, puesta ya en movimiento la vanguardia española hacia Andújar, anunció el fuego de las avanzadas la presencia de los franceses. Estos habían salido sigilosamente de dicho punto a las ocho de la noche con su numerosa impedimenta, compuesta de 500 ó más carros, en los que iban muchos enfermos y el botín cogido en Córdoba, y marchaban por la carretera silenciosos, tristes y abatidos por aquella prolongada inacción y retroceso, tan contrarios a su habitual manera de guerrear. Mientras D. Francisco Javier Venegas, que mandaba la vanguardia, contenía algún tanto al enemigo, Reding, a quien correspondía el mando, ordenaba sus tropas estableciéndolas rápidamente como indica el croquis (La Artillería, a la que tan sobresaliente papel cupo en esta gloriosa batalla, estuvo dirigida por los coroneles D. José Juncar y D. Antonio de la Cruz, distribuida del modo siguiente: la batería de la derecha, mandada por el capitán D. Tomás Ximénez, con los subalternos D. José Escalera, D. Alonso Contador y D. Vicente González Yebra; la del centro, sobre la carretera, a las órdenes del teniente D. Antonio Vázquez; y la de la izquierda, mandada por el capitán D. Joaquín Cáceres y sostenida por las compañías de ingenieros de D. Gaspar de Goicoechea y D. Pascual de Maupoey ( era D. Pascual o D. Tomás Pascual, oficial de Estado Mayor, procedente de Ingenieros, y capitán de una compañía de Minadores en Bailén. Llegó a brigadier coronel de ingenieros, y fallecería en la acción de Bornos (1º de junio de 1812), la división Reding a la derecha del camino real y la de Coupigny a la izquierda, para hacer frente a Dupont y al propio tiempo a Vedel, que desde La Carolina podía presentarse de un momento a otro por retaguardia. El general Chabert, jefe de la vanguardia francesa, no titubeó un instante comprendiendo lo crítico de la situación en que iba a encontrarse el ejército a que pertenecía, avisó a Dupont y atacó resueltamente la línea española, estableciendo en el centro las seis piezas de su brigada; mas, blanco estas de la batería española del centro, que era de mayor calibre (de a 12), bien colocada y mejor dirigida, fueron al instante desmontados dos de los cañones franceses y muertos o heridos gran parte de los sirvientes, no teniendo más fortuna el enemigo en su derecha e izquierda, pues fue rechazado del Cerrajón y Haza-Walona en que habían podido situarse los nuestros, arrojando de dichas alturas a las avanzadas francesas que las habían ocupado ya, y también del cerro Valentín. Llegó presuroso Dupont, y turbado por aquel fatal contratiempo, no esperó la reunión de todas sus fuerzas, repitiendo imprudentemente el ataque a las cinco de la mañana, con solo la brigada Chabert y la caballería de Dupré, sin otro resultado que aumentar las bajas y el desaliento de sus valientes soldados.

Forzoso le fue aguardar la llegada de las tropas restantes para tratar de abrirse paso. Cuando toda su división hubo atravesado el Rumblar, dejó en la margen izquierda la brigada Pannetier para hacer frente a Castaños si presentaba, y renovó la pelea con el resto de su infantería y toda la artillería y caballería, acometiendo por el centro la primera bajo la protección del vivo fuego de la segunda, mientras los renombrados y temibles dragones y coraceros de Privé se dirigían hacia el Portillo de la Dehesa para tratar de envolver nuestra izquierda. Apuradas se vieron las escasas fuerzas españolas que había en el Cerrajón y Haza-Walona, por lo cual, acudió en su auxilio el mismo Coupigny; mas los jinetes imperiales cargaron con tal ímpetu y bravura, que nuestros batallones tuvieron que replegarse, con pérdida de una bandera, muriendo gloriosamente el coronel D. Antonio Moya, al frente de su regimiento de Jaén. Continuó Prive la carga contra los cuerpos de la izquierda, todos de Provinciales, que rechazaron serenos la acometida cual las mejores tropas veteranas, a la voz y el ejemplo de sus coroneles el marqués de las Atayuelas, D. Pedro Conesa y D. Diego de Carvajal, refrenando con su inquebrantable firmeza el formidable empuje de los jinetes franceses. Estos se dirigieron entonces a la izquierda y centro de su línea, en el que la batería española de aquella parte seguía inutilizando cañones y montajes a medida que iban apareciendo a su frente, y cubriendo de metralla las columnas de ataque, a las que mantuvo siempre a respetable distancia, saliendo al encuentro de ellos los regimientos de caballería de Farnesio y Borbón; mas acudiendo los coraceros que venían de la derecha, retrocedieron nuestros jinetes bastante desorganizados, penetrando mezclados con ellos los franceses en la batería de la derecha. Los artilleros se mantuvieron serenos en su puesto, defendiéndose con los juegos de armas, dando así tiempo para que la infantería inmediata se rehiciese, y lo mismo Farnesio, cuyos escuadrones fueron conducidos de nuevo a la carga por su sargento mayor D. Francisco Cornet que murió gloriosamente al salvar su batería, frente a la cual quedaron tendidos la mitad de los coraceros. Por la izquierda francesa, los dragones de Privé contuvieron el movimiento envolvente que había iniciado el brigadier Venegas, volviendo unos y otros a sus anteriores posiciones, después de porfiada pelea en el Zumacar grande, donde se distinguió el regimiento de Ordenes militares, mandado por su coronel el brigadier D. Francisco de Paula Soler.

Tal era el estado del combate a las once de la mañana. A franceses y españoles interesaba decidir cuanto antes la contienda, pues podían presentarse de un momento a otro, tanto Vedel como Castaños, y aniquilar al contrario que fuese cogido entre dos fuegos; pero más abatidos los enemigos por el mal éxito de las anteriores tentativas, agobiados de fatiga y medio muertos de calor y de sed (Los españoles, más descansados y hechos al clima, disponían además del agua que les llevaban los habitantes de Bailén, pero no había en su campo una sola mata que les diese sombra, como los olivares que cubrían el campo de los franceses.), bajo los rayos de aquel sol abrasador que caldeaba el campo de batalla, asfixiando a hombres y caballos, estaban en situación más angustiosa que los españoles, a quienes sonreía ya la victoria de una manera indudable. Entonces Dupont, no pensando ya en vencer, pues no era posible, sino tan sólo en abrirse paso a toda costa, mandó venir del Rumblar tres batallones de la brigada Pannetier, y el batallón de marinos de la Guardia Imperial, no dejando allí más que un solo batallón; hizo cundir la voz de que Vedel se encontraba ya próximo y a espaldas del enemigo; recorrió sus quebrantadas filas para recordar las anteriores glorias y pedir a todos un último esfuerzo; y mostrando a sus soldados la bandera española conquistada por los coraceros, pónese con todos sus generales a la cabeza de las columnas y arremete con heroico ardimiento, al grito siempre mágico de ¡Vive l'Empereur! Mas la incansable artillería española continúa impertérrita su obra de destrucción, barriendo con la metralla infantes, jinetes y caballos, revueltos en espantosa confusión; y la infantería, muro impenetrable de bronce, como la llama Thiers, fulmina mortífero fuego por descargas sobre el enemigo, sembrando la desolación y el terror en sus compactas masas. Cae muerto el general Dupré con otros muchos jefes y oficiales; es herido también Dupont, y los bravos marinos de la Guardia Imperial que, dando ejemplo a sus compatriotas, se mostraban dignos, como siempre, de sí mismos, marchando impávidos en columnas cerradas delante de todos, sin hacer caso de los enormes claros que iban produciéndose en sus filas, y sin dejarse oír entre ellos otras voces que la de ¡Serrez la colonne! ¡En avant! y las aclamaciones a su emperador, tienen al cabo que detenerse cerca ya de la línea española, vacilando su incomparable valor, para retroceder en desorden e ir a guarecerse todos en el olivar que cobijaba a los franceses desde el principio de la batalla.

Las fuerzas de aquellos desgraciados se habían agotado ya por completo. Unos 2.000 de ellos yacían muertos en el campo, con un número casi igual de heridos, y los demás, envidiando la suerte de los primeros arrojaban las armas con desesperación para tenderse jadeantes y angustiados al pie de los olivos, buscando su débil sombra. Su artillería, desmontada casi toda (De las dieciocho piezas que tenía Dupont, catorce habían sido desmontadas por la artillería española ("Storia delle campagne é deglir assedi degl'italiani in Spagna dal MDCCCVIII al MDCCCXIII", de Camillo Vacani, Tomo I, pág. 212); y según el parte oficial de Castaños, "... el acreditado Real Cuerpo de Artillería, además de participar de todos los afanes y triunfos referidos, ha inmortalizado su gloria con admiración de ambos ejércitos, pudiéndose asegurar que sus oportunos rápidos movimientos y el acierto de sus fuegos (que desmontó 14 piezas al enemigo), señalaron desde luego, ú por mejor decir, fixaron desde el principio la victoria."), les era completamente inútil; Vedel no aparecía, y en cambio los Tiradores de Cruz Mourgeon que había acudido al oír el fragor del combate, ceñían la orilla derecha del Rumblar, a cuya inmediación se veían amontonados todos los bagajes del ejército francés, al paso que sus avanzadas anunciaban la aproximación de Castaños. Para colmo de desdichas, los dos regimientos suizos de Preux y de Reding, antes al servicio de España, aprovechan la ocasión para reunirse en su mayor parte a sus antiguos camaradas. No habiendo, pues, medio de salir de aquella terrible situación, el general enemigo se apresuró a solicitar de Reding una suspensión de hostilidades para acordar con el general en jefe español las bases de la capitulación, en la que debían ser comprendidas las divisiones Vedel y Dufour, según exigía aquel.

El general Castaños no había podido enterarse de la salida de Dupont de Andújar hasta las dos de la madrugada del 19; y encontrando obstruido el puente, sólo a las ocho de la mañana emprendió la marcha, camino de Bailén, la división de Reserva (Lapeña), cuya vanguardia mandaba D. Rafael Menacho, quien debía inmortalizar después su nombre en la defensa de Badajoz, deteniéndose en la orilla del Rumblar al saber el armisticio concertado, después de anunciar su presencia a Reding con algunos cañonazos.

Vedel, que había recibido el 18 orden de Dupont de asegurar las comunicaciones por La Carolina y Santa Elena, como también por la parte de Linares y Baeza, esperó en La Carolina que se le incorporara Dufour, y aunque en la madrugada del 19 oyó tronar el cañón hacia Bailén, no se puso en movimiento hasta las cinco de la mañana, con tal lentitud, que tardó nada menos de seis horas en recorrer los 14 kilómetros que separaban La Carolina de Guarromán, desde donde, sin sospechar todavía ni remotamente lo que pasaba, hizo practicar un reconocimiento en dirección de Linares. A las dos de la tarde volvió a emprender la marcha, y sólo entonces, al llegar a las cinco frente a Bailén y ver las posiciones que ocupaban los españoles, comprendió la apurada situación en que debía encontrarse su compañero. Reding, al saber la proximidad de Vedel, hizo darle conocimiento de la suspensión de hostilidades, cuidando, no obstante, de reforzar con algunos cuerpos las tropas apostadas a su espalda, vigilando el camino de La Carolina; mas desentendiéndose Vedel de todo, atacó el cerro del Ahorcado. Apresuróse Vedel a obedecer; mas autorizado de palabra por su jefe para ponerse en salvo con sus tropas, emprendió la marcha por la noche en dirección a la sierra, llegando a Santa Elena el 21 a mediodía, aunque alcanzado allí por el coronel de ingenieros D. Nicolás Garrido con la orden terminante e imperiosa de regresar a Bailén, exigida por los generales Castaños y Reding, que amenazaron a Dupont con pasar a cuchillo a la división Barbou, completamente cercada ya por todo el ejército de Andalucía, tuvo que efectuarlo mal de su grado por haberse acordado así en junta de jefes (De veintitrés jefes que asistieron a la junta, solo cuatro opinaron por continuar la retirada).

La capitulación se firmó al fin el 22, despues de muchas discusiones, en la casa de postas que media entre Bailén y Andújar, donde se había establecido Castaños; por ella debía quedar prisionera de guerra toda la división Barbou, con la que había peleado Dupont, y la de Vedel evacuar la Andalucía, traladándose ambas a Sanlucar de Barrameda y Rota desde donde se darían a la vela para Rochefor embarcadas en buques tripulados por españoles (La capitulación no fue cumplida por falta de transportes y marinería. Además, habiéndose caído un cáliz de la maleta de un oficial en el embarcadero del Puerto de Santa María, fueron maltratados muchos de los prisioneros y despojados de sus equipajes, cuyos atropellos no pudo impedir el general Castaños.). En su consecuencia, las legiones de Dupont, en número de 8.242 hombres, los vencedores de Austerlitz y de Friedland, que habían paseado sus águilas victoriosas por todo Europa, desfilaron por delante del ejército español y fueron a deponer sus armas y banderas junto a la Venta del Rumblar, a lo largo de la carretera, presentándose Dupont a Castaños triste y angustiado (ver cuadro al óleo de J. Casado del Alisal).

Las divisiones Vedel y Dufour (9.393 hombres) formaron pabellones y entregaron en depósito sus armas y material de guerra. Las demás tropas que faltaban del cuerpo de ejército del egenral Dupont hasta el número de 22.475 hombres, descartados los 2.000 muertos en la batalla, acudieron de Santa Cruz de la Mudela, Manzanares y otros puntos de la comunicación con Madrid, para dar cumplimiento al convenio celebrado por sus jefes.

El capitán d'Villoutreys, que había entablado en Bailén los primeros tratos, llevó a Madrid la triste noticia, escoltado hasta Aranjuez por una sección de caballería española. El 29 de julio supo el rey intruso la amarga nueva, y el 30 abandonaba la Corte madrileña, siguiéndole el 31 con la retaguardia el mariscal Moncey, para establecerse en Miranda de Ebro, en cuyas inmediaciones se concentraron 60.000 franceses. El 1º de agosto respiraba Madrid completamente libre del enemigo; el 13 entraba en ella el general D. Pedro González Llamas con las tropas de Valencia y Murcia, y el 23 lo efectuaba Castaños por la puerta de Atocha con la división de Reserva del ejército de Andalucía, siendo recibido con el júbilo consiguiente. Los imperiales levantaron también el sitio que tenían puesto a Zaragoza.

Tales fueron las consecuencias de este memorable triunfo que no costó a los españoles más de 243 muertos, entre ellos diez jefes y oficiales (Además de los dos jefes ya indicados murieron gloriosamente: el capitán de Jaén, D. Carlos Sevilla; el de Caballería de Farnesio, D. Gregorio Prieto; los de Caballería de España, D. Alonso González y D. Miguel de Sanjuán; los subtenientes de Provinciales, D. José Ariza, D. Natalio Garrido y D. Nicolás Muñóz, y el cadete de Ordenes Militares, D. José Demblans.) y 735 heridos. Al general Castaños, cuya espada y bastón de mando se conservan en el Museo del Ejército, sección de Artillería, números 1.897 y 1.898 (En el Museo Naval, con el número 716, existe un sable de marina de la Guardia Imperial, cogido en el campo de batalla el día de la misma, por el capitán de navío D. Francisco Aguirre), se le concedió el título de Duque de Bailén, y la Cruz de distinción a todos los que asistieron a esta batalla, con el lema: "Fernando VII. Bailén".

lunes, 24 de noviembre de 2008

Batallas Históricas: La Batalla de Almansa

En la actual provincia de Albacete, en la ciudad de Almansa, región muy próxima al reino de Valencia, que contaba con una población de aproximadamente 3.400 personas, con alrededor de 800 viviendas de adobe, algunos edificios religiosos, donde se destacaba la iglesia de Asunción, y otros pertenecientes a algunos nobles, se produjo el encuentro entre las tropas francesas y las de la coalición, el 25 de abril de 1707, en el contexto de la Guerra de Sucesión Española.

El trono de España había sido ocupado por Felipe de Anjou, por testamento del rey Carlos II, “El Hechizado”, que falleció el 1 de noviembre del año 1700, sin dejar herederos suyos directos. Felipe de Anjou era sobrino nieto del rey fallecido, nieto de su hermana María Teresa. Con esto, los borbones accedieron al trono español, poniendo punto final a la dinastía de los Habsbugo, pero debieron afrontar la oposición de la Gran Alianza, integrada por Austria, Dinamarca, Inglaterra y Holanda, surgida luego de la firma del Tratado de La Haya, de septiembre de 1701, a la que luego se agregaron, Portugal y Saboya. En el año 1705, esta alianza, proclamó como Rey de España y Conde de Barcelona, al Archiduque Carlos de Austria.

Habiendo Berwich, al mando de las fuerzas borbónicas, enviado una columna hacia Ayora, al mando del conde de Pinto, sus enemigos consideraron que era el momento oportuno para atacar, ya que contando con menos hombres, sería más fácil ganarles la batalla. Esa columna que estaba asediando Ayora recibió la orden de retorna,r ante la inminente batalla con los austracianos.
Así, las tropas de coalición se dirigieron hacia Almansa, en el anochecer del 24 de abril, estableciendo su cuartel general en la Torre de Boagra, en la zona de Caudete.
Avanzaron en tres frentes: A la izquierda la caballería holandesa e inglesa, ésta última acompañada también por la infantería. La infantería de todas las fuerzas aliadas en el centro. Los portugueses en infantería y caballería se ubicaron a la derecha.

El centro del ejército borbónico estaba compuesto por la infantería franco-española, el ala izquierda, por la caballería de ambas naciones, y a la derecha, se ubicó la caballería exclusivamente española. Contaban además con el apoyo de algún batallón irlandés. Partieron desde Chinchilla de Monte Aragón, a 15 km de la capital de la provincia de Albacete, adonde habían sido desplazados por las fuerzas aliadas, para dirigirse hacia Almansa, en cuyo desplazamiento cometieron saqueos, como el ocurrido en la Vega de Belén.

Eran las 15 horas del 25 de abril de 1707, cuando el duque de Berwick, que defendía a Felipe V, nieto de Luis XIV de Francia, de la dinastía borbónica, se enfrentó con las fuerzas lideradas por Henri de Massue y el Marquês das Minas, que representaban los intereses del archiduque Carlos de Austria, que ya había sido reconocido como Carlos III de España. La artillería francesa abrió el fuego y luego el embate de la caballería acabó muy pronto con la resistencia aliada, que tenía algo menos armamento y hombres. Estos tenían 42 batallones de infantería y 60 de caballería, con un total de 16.000 hombres, frente a los 50 y 81 que poseían respectivamente los borbones, que totalizaban 25.000 hombres. El flanco derecho de ingleses y holandeses cruzaron el arroyo del Molino, pero fueron repelidos. Luego corrió la misma suerte, el otro ala. La columna central, que al principio resistió tenazmente a sus contrarios, incluso obligándolos a replegarse, también fue vencida. La brigada “Maine” fue la que asestó el ataque final y decisivo contra la infantería inglesa. Sólo quedaba D´Asfeld, que se lanzó con un ataque desesperado sobre su adversario, pero ya todo era inútil. Las últimas resistencias fueron de los portugueses.

Comenzaba a oscurecer cuando la rendición era ya un hecho. En sólo tres horas, los defensores de los fueros de la Corona de Aragón habían perdido su posición de dominio. Los fueros eran un sistema de derecho local, que permitía a las comunidades regular sus derechos y privilegios por concesión del rey en forma más autónoma. Los borbones querían establecer un estado centralista

Luego de esta batalla, que dejó para los borbones un saldo de 2.500 bajas, y para sus enemigos unos 10.000 entre muertos y heridos, los borbones entraron en la ciudad de Játiva, que se rindió el 6 de junio de 1707 siendo incendiada 13 días más tarde por decisión de Felipe V. En su lugar fue emplazada la ciudad de San Felipe. Luego lograron ocupar Denia, Alcoy y Alicante. Aragón y Valencia quedaron en poder de los borbones, sufriendo la supresión de sus fueros. Los austracistas sólo conservaron Cataluña y las Islas Baleares.

Fuentes: La guía 2000, Turismo de Almansa

EZAPAC: Los Boinas Verdes del Ejército del Aire

El Escuadrón de Zapadores Paracaidistas (EZAPAC) tiene una dependencia orgánica del Mando Aéreo General y operativa del Mando Aéreo de Combate. El EZAPAC es una unidad de élite del Ejército del Aire, responsable de la ejecución de operaciones especiales aéreas, tanto de combate(acción directa: golpes de mano, neutralización y destrucción de objetivos del poder aéreo enemigo, rescates de combate en territorio enemigo....) como de apoyo al combate (infiltración de patrullas de reconocimiento e información en zona enemiga para misiones de observación, información, conducciones de aviones, para desembarco o lanzamientos paracaidistas, señalización de objetivos tácticos y estratégicos, defensa puntual de zonas de despliegue de Unidades Aéreas.

Además de los cometidos operativos descritos anteriormente, la Unidad tiene como labores secundarias, instruir y preparar a tripulaciones aéreas en materia de supervivencia (tanto en agua como en tierra), Fuga y Evasión, Rescate de Combate y Resistencia a Interrogatorios y trato de Prisioneros, pruebas de material y armamento diverso susceptible de adquisición para el Ejército del Aire. El "Zapador Paracaidista" aúna las características del combatiente, mediante un entrenamiento extraordinariamente duro, y las del técnico, pues sus misiones están relacionadas muy directamente con la actuación de las Fuerzas Aéreas, en beneficio de éstas. La preparación física y técnica orientada al combate es elevadísima, no en vano la actividad entraña un riesgo elevado. La preparación y vida del zapador, siempre orientadas hacia el cumplimiento de la misión y al trabajo en equipo, dota a sus componentes de una preparación moral muy por encima del soldado normal, siendo el cumplimiento del deber lo más importante, por encima de cualquier otra consideración.

El EZAPAC aúna el espíritu de unidad y de trabajo en equipo a su nivel con el espíritu de ser un elemento que forma parte de un sistema global más amplio, dado que se integra como parte imprescindible en numerosas operaciones aéreas. El EZAPAC tiene la capacidad de integrarse con flexibilidad en distintas estructuras operativas para realizar sus cometidos, bien mediante equipos o como unidad. La versatilidad de las operaciones especiales en que actúan hacen que el entrenamiento haya de ser muy diverso, al tiempo que dotan a sus hombres de una gran capacidad de adaptación. El EZAPAC favorece a través de sus misiones los conceptos de operación sostenida, y beneficia la capacidad de proyección de fuerza del Ejército del Aire, en sus despliegues.

La formación del "ZAPADOR" abarca varias áreas siendo imprescindible para su ingreso en la Unidad, el superar los Cursos de Paracaidismo correspondientes y cumplimentar los Planes de Instrucción necesarios. La formación técnica abarca las siguientes áreas: 1 Paracaidismo: (Apertura Automática, Manual (caída libre)HALO-HAHO (alta cota con uso de oxigeno). 2 Manejo de armamento: individual y colectivo. 3 Manejo de equipos de Transmisiones FM, VHF, UHF y HF. 4 Técnicas de combate: diurno y nocturno. 5 Técnicas de esquí y movimiento invernal.

6 Vida y movimiento en montaña: escalada, rappel, Fast-Rope. 7 Topografía y orientación: diurno y nocturno. 8 Actividades anfibias y subacuaticas: remo, buceo, embarcaciones con motor, trabajo en superficie. 9 Técnicas de supervivencia, rescate (mar, tierra), evasión y escape, resistencia a interrogatorios y trato de prisioneros. 10 Conducción de aeronaves en misiones tácticas. 11 Socorrismo y primeros auxilios. 12 Conducción de vehículos. 13 Inteligencia táctica. 14 Acciones Especiales. 15 Operaciones Especiales (Táctica).

De sus casi 300 hombres, una quinta parte son mandos y el resto tropa profesional. El 100% del Escuadrón des paracaidista y cuenta con una o mas de las siguientes especialidades: Seguridad y defensa, ofimática, armero, aux de abastecimiento, cartografía e imagen, operador de equipo de telecomunicaciones ,sanitario, etc...

Fuente: Ejército del Aire

La Legión: Los comienzos y la legión del siglo XXI

El 10 de octubre se incorpora, como Lugarteniente del Fundador, el comandante Franco, que se hace cargo de la instrucción de la nueva unidad y funda la 1ª Bandera. Al mando de las dos compañías estaban los capitanes Pablo Arredondo Acuña (laureado) y Luis Valcazar Crespo, junto a una compañía de ametralladoras dirigida por el Capitán Don Eduardo Cobo Gómez.

En los dos meses siguientes se organizan la 2ª y 3ª Bandera, y el Tercio sufre la primera agresión el 7 de enero de 1921. El 16 de enero se enfrenta a su primer ataque de importancia la 4ª compañía de la 2ª Bandera, en la que resultó un capitán muerto.

La reacción de las 5ª y 6ª compañías a este ataque fue contundente, retirándose enseguida el enemigo. Al fin, el 29 de junio de 1921 llegaría la oportunidad en Buharratz, donde la 3ª Bandera quedó en primera línea de fuego. En este combate mantuvo un duelo sangriento. El resultado fue de doce muertos, de ellos un oficial, y veintidós heridos, incluidos tres oficiales y una Medalla Militar. Los legionarios de Millán Astray se consagran como extraordinarios combatientes. En lo sucesivo, ningún general querrá prescindir de una Bandera Legionaria entre las unidades de sus columnas.

LA LEGIÓN EN LA ACTUALIDAD
En los últimos tiempos se cuestionó mucho la utilidad de este cuerpo y hasta se llegó a barajar su disolución. Sin embargo, las unidades se adaptaron a las sucesivas reorganizaciones de las Fuerzas Armadas y no solo no se disolvió si no que surgió de nuevo el 4º Tercio, en Ronda (Málaga).En este constante cambio desaparecen unas Banderas y aparecen otras, como la de Operaciones Especiales (ya desaparecida) y la X Bandera Ligera. La Legión siempre con el constante empeño de mantenerse permanentemente operativa y al día, por eso es la primera y única fuerza de choque del Ejercito de Tierra y está considerada una de las mejores unidades de infantería del mundo.

Los nuevos compromisos internacionales en los que España se ve involucrada, reaviva las razones que motivaron la creación de La Legión. Las dificultades en el empleo de los militares de reemplazo recomienda el empleo de unidades profesionales y de voluntarios. Un ejemplo de ello es la Operación Alfa-Bravo, en Bosnia Herzegovina, donde La Legión recupera el puesto que le corresponde.

En 1995 se produjeron dos grandes acontecimientos para La Legión, el LXXV Aniversario de la creación de La Legión y la creación de la Brigada de La Legión (BRILEG), cuyo primer paso fue trasladar el Cuartel General del Mando de La Legión (MALEG) a Málaga. Esto supuso el reconocimiento de la valía y competencia de las unidades de La Legión y de la categoría de sus hombres y potenció el cuerpo de tal forma que dispondrá de una Gran Unidad de Élite que aspira a ser la mejor y servir de nexo entre el pasado, presente y futuro del Tercio Legionario.
La Legión ha pasado de luchar contra los musulmanes en una guerra colonial a realizar tareas humanitarias, precisamente para socorrer a musulmanes. Durante sus más de 80 años de existencia la Legión ha sufrido más de 40.000 bajas, las últimas en las actuales misiones bajo mando de la O.N.U. asumiendo los compromisos adquiridos por España. El armamento y el material también han cambiado, de la alpargata y la granada se ha pasado al misil contracarro.
Sin embargo, todo este proceso de cambio sólo afecta a lo material, porque lo fundamental, su apoyatura moral sigue siendo la misma. Con la creación de la BRILEG se produce el reconocimiento táctico de la vigencia del Credo Legionario y sus espíritus.




Fuente: www.alistate.com

El nacimiento de la Legión

Millán Astray, siendo un joven alférez de 16 años, participó en la guerra de Filipinas, donde obtuvo notable popularidad al defenderse con 30 hombres del ataque de gran cantidad de insurrectos tagalos en el pueblo de San Rafael. Esta experiencia le hizo ver la conveniencia de emplear en las guerras exteriores soldados profesionales. Idea que quedaría reafirmada cuando se perdieron las últimas colonias americanas en 1898, hecho que marcó las conciencias de los españoles durante tantos años.

En el año 1909, siendo ya Oficial de Estado Mayor, tuvo lugar la Semana Trágica de Barcelona. En el verano de 1909, desde Marruecos, el General Marina solicitó del Gobierno refuerzos, y el Ministro de la Guerra, Arsenio Linares, movilizó a los reservistas, es decir, reclamaba a filas a soldados "antiguos", hombres ya con familia y trabajo.

El embarque tuvo lugar en Barcelona, lo que provocó graves incidentes que pasaron a la historia como la Semana Trágica. Sucesos donde uno de los gritos más oídos fue: "¡Que vayan también los ricos!", consecuencia de la existencia del sistema de las cuotas. Este episodio fue otro de los motivos que llevaron a Millán a pensar en la necesidad de ese cuerpo profesional.

Fue en 1919 cuando, con 40 años de edad y siendo comandante, su proyecto toma cuerpo en forma de Legión Extranjera. Su brillante historial militar y su prestigio hicieron llegar hasta los oídos de S.M. el Rey Don Alfonso XIII su ambicioso proyecto. El Estado Mayor estudia su propuesta, que tendrá la aprobación tanto del Ministro de la Guerra como del Alto Comisariado de España y Marruecos, iniciándose la creación del Tercio de Extranjeros. El paso siguiente será enviar a Millán Astray a Tremecen y a Sidi-Bel-Abbes (Argelia) para convivir como un oficial más entre los legionarios franceses durante el mes de octubre de 1919. Como consecuencia de esta experiencia, Millán Astray concibe para España un Cuerpo similar a la Legión Francesa, basado en la tradición de los tercios españoles: "Los Legionarios serán los dignos sucesores de los Tercios de Flandes, Italia y América, con el mismo concepto del honor, del deber y del sacrificio".
De esta forma, el 28 de enero de 1920 un Real Decreto recoge el siguiente texto "con la denominación de Tercio de Extranjeros se creará una unidad militar armada, cuyos efectivos, haberes y reglamento por el que ha de regirse serán fijados por el Ministro de la Guerra" breve texto cuyo objetivo queda magníficamente explicado en la exposición que precedía aquel Real Decreto " disminuir los contingentes de reclutamiento en nuestra Zona de Protectorado en Marruecos, inclina al Ministro que suscribe a aconsejar, como ensayo, la creación de un Tercio de Extranjeros..."

El 2 de septiembre es nombrado Mando del Tercio el ya Teniente Coronel de Infantería Don José Millán Astray Terreros. Dos días después aparece en el Boletín la organización del Tercio de Extranjeros del que debemos destacar, entre sus 46 reglas, la número 2: "Este cuerpo habrá de emplearse tácticamente como de primera línea y en todos los servicios de paz y guerra, sin otro límite que el de su utilidad militar".Por esta época, Millán Astray conoce al Comandante Francisco Franco que, avalado por su prestigioso historial militar, pronto se convertirá en su lugarteniente.

La nueva unidad se promocionará por toda España (y el resto del mundo), estableciéndose los requisitos de ingreso: se admiten españoles y extranjeros cuya edad esté comprendida entre los 18 y los 40 años, buenas cualidades físicas, moral de combate y no se exige documentación. Se establecen primas de enganche de 700 pesetas por cinco años y 500 pesetas por tres años, más los haberes diarios, ascensos en paz y en guerra, cruces, medallas, etc.
El 20 de septiembre de 1920 (fecha en la que se celebrará el Aniversario de La Legión), se alista el primer legionario: Marcelo Villeval Gaitán natural de Ceuta. Rápidamente le seguirán centenares de hombres, futuros caballeros legionarios.

Fuente www.alistate.com

Unidad Militar de Emergencias, soldados contra la catástrofe

La Unidad Militar de Emergencias (UME) es un cuerpo integrante de las Fuerzas Armadas Españolas creado por acuerdo del Consejo de Ministros el 7 de octubre de 2005. Posteriormente, mediante el Real Decreto 416/2006, de 11 de abril, se establece su organización y despliegue y se implanta como una fuerza conjunta de carácter permanente dentro de las Fuerzas Armadas, con la finalidad de intervenir de forma rápida en cualquier lugar del territorio nacional español en casos de catástrofe, grave riesgo u otras necesidades públicas.

Los militares que forman la UME disponen de una preparación específica que radica principalmente en una formación sanitaria de emergencia; también son instruidos para la actuación frente a incendios forestales, inundaciones, grandes nevadas, derrumbes, riesgos tecnológicos, etc.

En diciembre de 2008, está previsto completar el 100% del personal de la UME: 3.987 militares, hombres y mujeres, entre Oficiales, Suboficiales y Militares Profesionales de Tropa y Marinería.

La Unidad Militar de Emergencias está compuesta por:

Mando y Cuartel General (CG), donde se integran Oficiales de Enlace (OFEN) de otros organismos
Unidad del Cuartel General (UCG)
Agrupación de Medios Aéreos (43 Grupo de Fuerzas Aéreas y Batallón helicópteros)
Cinco Batallones de Intervención en Emergencias (BIEM)
Dos destacamentos de Intervención en Emergencias Naturales
Regimiento de Apoyo a Emergencias (RAEM)

Cada uno de los cinco Batallones de Intervención en Emergencias (BIEM), está compuesto por dos compañías de intervención y una de ingenieros; y el Regimiento de Apoyo a Emergencias (RAEM) está compuesto por cuatro compañias: apoyo, mantenimiento, transportes y abastecimientos.

La UME se encuentra desplegada dentro del territorio nacional en sus bases de Torrejón de Ardoz en Madrid (Cuartel General, RAEM, BIEM I, AGRUMEDA) Sevilla (BIEM II), Bétera en Valencia (BIEM III y BHELEME, el nuevo batallón de helicópteros de emergencias) Zaragoza (BIEM IV), San Andrés de Rabanedo en León (BIEM V) y dos destacamentos del BIEM II en Gando (Gran Canaria) y Los Rodeos (Tenerife) ambos como Unidades de intervencion en emergencias naturales.

Esta Unidad de nuestras fuerzas armadas cuenta con numerosos medios para hacer frente a todas las catástrofes a las que está asignada, tanto terrestres como aéreos, además de la dependencia operativa del 43 Grupo de Fuerzas Aéreas del Ejército del Aire. En medios terrestres cuentan con vehículos para transporte de personal, tales como los VAMTAC o Santana Aníbal, vehículos de extinción de incendios, tanto ligeros como pesados (Autobombas IVECO Y URO), vehículos de telecomunicaciones, máquinas de ingenieros, motocicletas todoterreno, camiones de transporte todoterrenos y embarcaciones para rescate acuático. Así mismo en cuanto a medios aéreos cuentan con aviones apagafuegos, helicópteros ligeros y helicópteros medios.

La UME, con sede en Torrejón de Ardoz como Cuartel General, está bajo mando de un Teniente General y todos sus miembros, forman una unidad donde el compañerismo, el sacrificio, la alta especialización y preparación, asi como su imprescindible forma física, hacen de la UME una unidad de élite de nuestras Fuerzas Armadas.

Desde su creación esta unidad ha intervenido en grandes incendios (Les Useres, Santa Cruz de Tenerife, Las Palmas de Gran Canaria, La Gomera, Córdoba, Zuera, Honrubia de la Cuesta, Tarifa...), grandes inundaciones (Sevilla, Calpe, El Vergel, Ceuta) así como participado en ejercicios nacionales e internacionales de emergencias.

Cine Bélico: La Chaqueta Metálica (1987)

Aclamada por la crítica internacional y con un excelente reparto, la brillante epopeya de Stanley Kubrick sobre la guerra de Vietnam narra el proceso de deshumanización que va transformando al ser humano en cualificados asesinos para matar.

Matthew Modine, Adam Baldwin, Vincent D´Onofrio, Dorian Harewood y Arliss Howard, protagonizan a los nuevos reclutas sumidos en el infierno de un regimen militar donde deben superar un período de instrucción brutal.

Hartman (Lee Ermey), sargento mayor de artillería, encarna a un implacable instructor, quien vocifera, insulta y humilla a sus reclutas dentro de unos márgenes de violencia atroz. Un retrato feroz y cáustico, realista y humano del riguroso aprendizaje de un puñado de marines destinados a combatir en Vietnam. La acción es salvaje, la historia prodigiosa, los diálogos se clavan con una dureza impactante.

"La chaqueta metálica", con su narración desde los comienzos del adiestramiento y su técnica para embrutecer a sus hombres hasta la pesadilla vivida en la batalla de Hue, ha sido calificada como un triunfo cinematográfico.

Género: Acción / Drama / Bélica Nacionalidad: USA Director: Stanley Kubrick Actores: Matthew Modine, Adam Baldwin, Vincent D’Onofrio, R. Lee Ermey Productor: Stanley Kubrick Guión: Gustav Hasford, Michael Herr Fotografía: Douglas MilsomeMúsica: Vivian Kubrick

sábado, 22 de noviembre de 2008

La Guerra de Vietnam

Conflicto en la península de Indochina que tuvo lugar entre mediados de los cincuenta y mediados de los setenta y que enfrentó a los EE.UU. y el gobierno de Vietnam del Sur por un lado, contra Vietnam del Norte y las guerrillas comunistas que actuaban en Vietnam del Sur por otro. La guerra terminó extendiéndose también a Laos y Camboya.

La guerra del Vietnam fue la más larga de la historia norteamericana, supuso para este país una experiencia de fracaso y frustración, constituyendo, sin lugar a dudas, el más serio fracaso de EE.UU. en la guerra fría.

El inicio de la implicación americana se remonta a inicios de los cincuenta cuando apoyaron los desesperados intentos de Francia por mantener su presencia colonial en Indochina frente a las fuerzas comunistas del Vietminh. La derrota francesa y los Acuerdos de Ginebra de 1954, que consagraron la partición de Vietnam en dos, llevaron a que Washington volcara su apoyo en el régimen anticomunista de Vgo Dinh Diem en Vietnam del Sur que hacía frente al Vietnam del Norte comunista, apoyado por la URSS.

La corrupción de Diem hizo a su régimen crecientemente impopular y finalmente fue derrocado y asesinado por sus propios militares en 1963. Mientras tanto se había creado en Vietnam del Sur el Frente Nacional de Liberación (FNL) donde se aglutinaba toda la oposición incluyendo los comunistas.

En 1964, la situación parecía desesperada para Vietnam del Sur. EE.UU., alegando como justificación el incidente de Tonkín contra su destructor Maddox el 2 de agosto de 1964, inició una intervención abierta. Se pasó de 4000 soldados norteamericanos en 1962 a casi 500.000 en 1967. Los bombardeos masivos, el uso de agentes químicos, la crueldad de la primera guerra retrasmitida por los medios de comunicación hicieron enormemente impopular la política de EE.UU. en el Tercer Mundo, el bloque comunista y en partes significativas de la opinión pública occidental. Dentro del propio país, la oposición a la guerra se extendió entre la juventud ligándose a movimientos contra el sistema, como el movimiento "hippie".

Tras la ofensiva vietnamita del Têt en 1968, el presidente Johnson decidió el progresivo desvinculamiento del conflicto y la búsqueda de una solución negociada. Tras una compleja fase de negociaciones y enfrentamientos militares, se firmó en París en enero de 1973 un acuerdo de paz. En agosto de 1973, el Congreso norteamericano prohibió cualquier reanudación de la intervención norteamericana. La retirada de las tropas estadounidenses hizo que el régimen de Vietnam del Sur se derrumbara inmediatamente. La ofensiva final comunista tuvo lugar en la primavera de 1975. El 17 de abril, Phnom Penh cayó en manos de los Khmers Rojos y el 30 los comunistas tomaron Saigón. La guerra había terminado.

La derrota supuso un verdadero trauma para EE.UU. 58.000 muertos, 300.000 heridos, centenares de miles de soldados con una amplia adicción a las drogas y con serios problemas de adaptación a la vida civil, el orgullo de potencia herido... Lo que se vino a denominar el "síndrome de Vietnam" supuso en el corto plazo una gran renuencia a la intervención militar exterior por parte de la potencia norteamericana.

Fuente: www.historiassiglo20.org

La Brigada Paracaidista

La Brigada de Infantería Ligera Paracaidista "Almogávares VI" o BRIPAC es una fuerza aerotransportada del Ejército de Tierra español considerada, junto con La Legión, unidad de élite por excelencia del ejército. La BRIPAC es una brigada (una unidad integrada por alrededor de unos tres mil efectivos) que pertenece hoy en día a las Fuerzas Ligeras. Distribuidos en el batallón del Cuartel General, el Grupo Logístico Paracaidista, la Unidad de Zapadores Paracaidistas (UZAPAC), Batallón de instrucción paracaidista (B.I.P), el Grupo de Artillería de Campaña (GACAPAC), las Banderas Paracaidistas “Roger de Flor” I, “Roger de Lauria” II y “Ortiz de Zárate” III, esta última con acuartelamiento en Javalí Nuevo (Murcia) mientras que el resto de unidades se encuentran el el acuartelamiento de Paracuellos del Jarama en Madrid.


Es una unidad ligera preparada para operar detrás de las líneas enemigas y, por tanto, dispone de los medios necesarios para actuar de forma autónoma, sin depender de los apoyos de fuego que eventualmente pudieran llegar de las líneas propias.
Su capacidad de asalto aéreo, no obstante, limita de manera evidente el tipo de armas de las que puede disponer. No puede, por consiguiente, utilizar medios blindados ni acorazados, limitándose únicamente al empleo de vehículos ligeros (VAMTAC o mulas mecánicas). La Brigada Paracaidista emplea los cañones ligeros de 105mm Light Gun (L-118 y L-119), de fabricación británica, como apoyo de fuego; así mismo, para repeler un eventual ataque de medios acorazados enemigos dispone de los misiles anticarro TOW y Milán. Como misiles antiaéros cuenta con los misiles de fabricación francesa Mistral sobre afuste individual o doble.

HISTORIA DE LA BRIGADA

La creación de las Fuerzas Paracaidistas del Ejército de Tierra español se remonta al 17 de Octubre de 1953, siendo Ministro de la Guerra el general Muñoz Grandes.Se le encomienda la misión al ilustrísimo señor comandante don Tomás Pallás Sierra, que junto a 8 oficiales, 12 suboficiales y 149 de tropa formarán el primer curso de paracaidista, nace la I Bandera Paracaidista y recibe el nombre de " Roger de Flor ", en memoria del famoso caudillo almogávar al servicio de la Corona de Aragón durante el siglo XV.

Después de varias semanas de entrenamiento, el 23 de febrero de 1954 se realiza el primer salto en paracaídas del Ejército de Tierra, desde aviones Junker y Savoia y se utilizan paracaídas modelo T-6.

El día 16 de marzo finaliza el curso y el 18 se reciben los preciados "roquisquis " en un acto presidido por capitán general de la III Región Militar.

En el mes de enero de 1956 se crea la Agrupación de Banderas Paracaidistas, siendo designado como jefe de la misma el teniente coronel de infantería don Ignacio Crespo del Castillo y se inicia la organización de la II Bandera, que toma el nombre de " Roger de Lauria ".

El 3 de Julio se desarrollan acontecimientos que condicionaran la actuación de estas fuerzas, el Ejército de Liberación marroquí que había participado en la independencia contra los franceses, se integra en el Ejército Real, a excepción de los grupos más extremistas que se negaron, decidió entonces el Gobierno de Rabat enviarlos al sur para potenciar las reivindicaciones territoriales de Mohamed V

.La agresión que fueron objeto las provincias africanas en el año 1957 permite contrastar la valía real de las nuevas Unidades. El " bautismo de fuego" se produce el 16 de agosto de aquel mismo año en TIGUISIT IGURRAMEN, donde resulta herido el CLP Vicente Vila Pla, primer herido paracaidista en acción de guerra, aunque a estas escaramuzas de forma oficial, aún no se le puede llamar guerra.

La guerra se inicia realmente al amanecer del día 23 de noviembre, comienzan a desarrollarse sucesivamente las operaciones, Palmera, Pañuelo, Netol, Gento, Diana, Siroco y Pegaso, esta operación dió lugar al segundo y último salto de guerra sobre Ercunt.Por fin llega la paz y el día 16 de diciembre de 1957 el gobernador general del África Occidental Española envía la siguiente carta al teniente coronel Crespo del Castillo...

"Nunca una nueva Unidad ha abierto tan brillantemente su historial de guerra como esa, hasta hace poco bisoña Agrupación de Paracaidistas, y si hacemos honor al espíritu combativo, a la magnífica preparación física puesta de manifiesto siempre que hubo que hacer un supremo esfuerzo, y el valor ya reconocido y altamente acreditado en todas las operaciones en que ha tomado parte la Agrupación, bien podemos decir que el espíritu heroico de la gloriosa Legión y el arrojo y coraje de nuestros infantes ha reencarnado brillantemente en esos nuevos y heroicos legionarios paracaidistas"

Más en: http://www.veteranosparacaidistas.com/