jueves, 31 de diciembre de 2009

Grandes Batallas Españolas: La batalla de Lepanto (7 de octubre de 1571)

La armada aliada estaba formada por 70 galeras españolas (sumadas las propiamente hispanas con las de Nápoles, Sicilia, y Génova), 9 de Malta, 12 del Papado y 140 venecianas. La flota estaba confiada teóricamente a Juan de Austria y dirigida efectivamente por jefes experimentados como Gian Andrea Doria y los catalanes Juan de Cardona y Luis de Requesens. Marco Antonio Colonna, condestable de Nápoles y vasallo de España, era el almirante del papa. Las naves venecianas estaban al mando de Sebastián Veniero.

La desconfianza hacia los venecianos era tal que don Juan repartió 4.000 de los mejores soldados españoles en las galeras de la Señoría e hizo que éstas navegasen entreveradas con las de España. La Sublime Puerta lanzó un ataque a fondo contra Famagusta, último reducto de los venecianos en Chipre. Fuerzas turcas se apoderaron de Dulcino, Budua y Antivari, e incluso llegaron a amenazar la plaza de Zara.

Las armadas se encuentran en el golfo de Lepanto:

Don Juan de Austria constituyó una batalla central de 60 galeras en las que iban Colonna y Veniero con sus naves capitanas, flanqueada por otras batallas menores al mando de Andrea Doria, Alvaro Bazán y al veneciano Agustín Barbarigo. A Cardona se le dio una flotilla exploradora en vanguardia. A bordo iban cuatro tercios españoles de Lope de Figueroa, Pedro de Padilla, Diego Enríquez y Miguel Moncada. La infantería italiana era también de gran calidad. El 29 de septiembre abordo a la capitana de don Juan una fragata de Gil de Andrade con el anuncio de que los turcos esperaban en el golfo de Lepanto. Bazán aconsejaba entrar en el golfo y Andrea Doria temía aventurarlo todo en una jornada. La maniobra ordenada permitió cerrar el golfo y dio tiempo a una perfecta ordenación de la armada. El Almirante Alí Bajá concentró el esfuerzo sobre las galeras venecianas, que suponía menos aguerridas. El primer ataque turco fue neutralizado por Barbarigo, que fue herido de muerte. El consejo de don García de Toledo de recortar los espolones hizo más eficaz el empleo de la artillería. La Las bajas causadas por la arcabucería española fue decisiva en el combate cuerpo a cuerpo. En muchas de las galeras turcas los cautivos cristianos se rebelaron en lo más recio del combate. Fue un galeote cristiano quien cortó la cabeza del almirante Alí con su hacha de abordaje. Sólo 50 de las 300 naves turcas pudieron escapar.

Carácter decisivo de la victoria y consecuencias:
Es sabido lo laboriosa que fue la preparación de la cristiandad para enfrentarse de una forma decidida con el peligro turco. El único hombre que vio clara la situación desde el primer momento fue el papa Pío V. Incluso Felipe II, que tan amenazadas veía sus posesiones peninsulares por el enemigo, tardó mucho en convencerse de la necesidad de afrontar el peligro de frente y de asestar un golpe definitivo a los turcos. Sin embargo, y a pesar de todas las dificultades surgidas, el 7 de octubre de 1571 se dio la batalla de Lepanto, batalla que aparentemente fue una victoria total para los miembros de la Liga Santa. Sin embargo el carácter definitivo de la victoria cristiana ha sido discutido por muchos historiadores.

Pocas veces, si alguna, en la historia de los tiempos modernos, los frutos de una bella victoria han sido más vergonzosamente desperdiciados.(Merriman)

Aplazamientos, desconfianzas entre los aliados y la muerte del papa San Pío V provocaron la malversación del triunfo de Lepanto. Felipe II se sentía temeroso de un nuevo afianzamiento de la alianza francoturca; los venecianos se hallaban dispuestos, al cabo de cierto tiempo, a hacer una paz separada: si no hubiese sido por el entusiasmo de Don Juan de Austria, la Liga se habría deshecho... Pero las desconfianzas de Felipe -sus celos- hacia Don Juan de Austria, sus lentitudes características, dieron por resultado, al cabo de pocos meses, la caída de Túnez y la Goleta en poder de los turcos (1574). Así quedaba desvanecida la gloria de Lepanto. (Soldevila)

La victoria de Lepanto abría la puerta a las mayores esperanzas. Sin embargo, de momento, no trajo consigo ninguna clase de consecuencias. La flota aliada no persiguió al enemigo en derrrota, por diversas razones: sus propias pérdidas y el mal tiempo, a quien el imperio turco, desconcertado, debió tal vez su salvación. En este sentido, fue fatal la larga demora española del verano de 1571, pues, al colocar a los aliados victoriosos en los umbrales de la estación del mal tiempo, vinieron a interponerse ante la victoria, como treguas obligatorias, el otoño, el invierno y la primavera... Pero si, en vez de fijarnos exclusivamente en lo que viene después de Lepanto, paramos la atención en lo que precede a esta victoria, nos daremos cuenta de que viene a poner fin a un estado de cosas lamentable, a un verdadero complejo de inferioridad por parte de la Cristiandad y una primacía no menos verdadera por parte de los turcos. La victoria cristiana cerró el paso a un porvenir que se anunciaba muy próximo y muy sombrío. (Braudel)

El Juan Sebastián Elcano, nuestro buque escuela

Si bien no había escrito aún ningún artículo sobre la Armada Española, Armada histórica a la vez de gloriosa, es el momento de hacerlo y no hay mejor manera que comenzar con uno de sus buques insignia, el buque escuela Juan Sebastián Elcano. Este famoso bergantín tiene cuatro mástiles con los nombres de Blanca, Almansa, Asturias y Nautilus, nombres de cuatro buques escuela que le precedieron.

Recibe el nombre por el explorador español Juan Sebastián Elcano, capitán de la expedición de Fernando de Magallanes, tras la muerte de éste durante el viaje. El barco lleva también el escudo de armas de Elcano, que fue otorgado a la familia por el emperador Carlos I tras la vuelta de Elcano de la expedición que dio la vuelta al mundo en 1522. El escudo de armas es un globo terráqueo con el texto en latín Primus Circumdedisti Me (Fuiste el primero en circunnavegarme).

HISTORIA DEL BUQUE:

El proyecto de construcción del barco nace con un Real Decreto de 17 de abril de 1925, destinándose para ello un presupuesto de 7.569.794 pesetas y con el fin de sustituir a su predecesor, el buque escuela Minerva. Tomó el nombre de Juan Sebastián de Elcano en recuerdo del ilustre marino vasco. Su botadura tuvo lugar el 5 de marzo de 1927 siendo su madrina Carmen Primo de Rivera, hija del presidente del gobierno.

El 29 de febrero de 1928 realiza su viaje inagural entre Cádiz y Málaga, llevando un pasajero de excepción, el rey Alfonso XIII. De allí partió para Sevilla donde se celebraba la Exposición Universal, despertando la admiración de sus numerosos visitantes.

Su primer viaje transoceánico fue la vuelta al mundo en dirección opuesta a la ruta Magallanes-Elcano. Desde entonces ha realizado otras nueve, así como setenta y dos cruceros de instrucción, recorriendo más de millón y medio de millas náuticas por todos los mares del planeta. En él se han formado generaciones y generaciones de oficiales de marinos de la Armada, navegando con el viento y ayudados por el sextante y el compás.

Así mismo, Elcano ha participado en innumerables desfiles y regatas a lo largo de su dilatada existencia, dejando clara constancia de sus dotes marineras. Entre las principales cabe destacar la regata transoceánica Lisboa-Bermudas de 1964, la de 1966 entre Bermudas y Newport , la Gran Regata Colón'92 y la Gran Regata 2000. De entre los numerosos trofeos y distinciones conseguidos, quizá el mas importante sea la Boston Teapot, otorgada por la Sail Training Association en 1974. Esta distinción se concede anualmente al velero que consigue la mayor distancia sobre un circulo máximo entre dos puntos de la tierra en 124 horas.

En su ya larga trayectoria, el barco ha soportado numerosos temporales en cualquiera de sus numerosas manifestaciones (pamperos, ciclones, huracanes, tifones, monzones ,etc.), luchando contra olas de quince metros de altura y vientos de más de ciento sesenta kilómetros por hora. Historias relatadas por sus comandantes en sus crónicas que bien podrían figurar en los mejores relatos de aventuras.

Más información en: http://personales.mundivia.es/medusa